Comprar facturas falsas: El riesgo que podría costarte tu libertad y tu patrimonio
- MONICA RAYA
- 29 jul
- 3 Min. de lectura
En México, muchas personas físicas y empresas han caído —por desconocimiento o por decisión— en la práctica de comprar facturas falsas para “ahorrarse” impuestos. Lo que parece un atajo fiscal atractivo puede convertirse en una pesadilla legal, financiera y personal.
En este artículo te explico, de forma clara y completa, por qué comprar facturas es un delito, qué consecuencias puedes enfrentar y cómo protegerte con estrategias fiscales legales y seguras.
¿Qué es una factura falsa o simulada?
Una factura falsa es un Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI) que documenta una operación que nunca ocurrió. Por ejemplo:
Facturas por servicios que no se prestaron.
Facturas de empresas fantasma (que no tienen actividad real).
Facturas que inflan el precio de los bienes o servicios.
Estas facturas se usan para disminuir el pago de impuestos, simulando gastos deducibles o aumentando el costo de ventas.
¿Es delito comprar facturas falsas?
Sí. Es un delito fiscal tipificado en el artículo 113-B del Código Fiscal de la Federación (CFF). Tanto quien vende como quien compra este tipo de facturas puede ser sancionado.
Además, si se demuestra que esta práctica forma parte de una operación organizada o sistemática, puede considerarse delincuencia organizada (Artículo 2, Ley Federal contra la Delincuencia Organizada) y conllevar penas mucho más graves.
Riesgos y consecuencias legales
1. Multas millonarias
El SAT puede determinar un crédito fiscal equivalente a los impuestos que se dejaron de pagar, más actualizaciones, recargos y multas. Esto puede multiplicar por 2 o 3 el monto “ahorrado”.
2. Cierre de tu negocio
La autoridad puede cancelar tu sello digital, lo que te impide emitir facturas y operar legalmente. También pueden embargar cuentas bancarias y bienes.
3. Cárcel
Comprar facturas falsas puede llevarte a prisión de 3 a 8 años, sin derecho a fianza. Esto aplica incluso para personas físicas con actividad empresarial.
4. Antecedentes penales
El uso de facturas falsas deja huella legal. Afecta tu reputación, impide participar en licitaciones públicas y puede perjudicar tu vida profesional y personal.
5. Responsabilidad solidaria
Si eres representante legal, administrador único o socio de una empresa, podrías responder con tu patrimonio personal, incluso si tú no emitiste la factura directamente.
“Pero yo no sabía…” ¿Aún así soy responsable?
En México, el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. El SAT puede presumir que hubo dolo o intención de defraudar, y tú debes probar que no sabías o que fuiste víctima de fraude. Esto no siempre es fácil ni garantiza que te liberes de consecuencias.
Además, el SAT publica una lista negra de empresas factureras (EFOS) y de quienes les compran facturas (EDOS). Si apareces ahí, debes aclarar tu situación fiscal, lo cual implica tiempo, dinero y riesgo jurídico.
¿Y si solo fue una factura? ¿O una cantidad pequeña?
No importa el monto. La ley no distingue si fueron mil pesos o millones. Desde el primer peso simulado, ya hay una infracción fiscal y puede escalar a un delito penal.
¿Qué hacer en lugar de comprar facturas?
Diseña una planeación fiscal legal. Hay deducciones autorizadas y esquemas válidos para pagar menos impuestos de forma inteligente y dentro de la ley.
Alinea tus gastos personales y empresariales. Existen formas de deducir seguros, viáticos, capacitación, arrendamientos, entre otros.
Consulta a expertos fiscales certificados. Un contador público registrado y con cédula profesional puede ayudarte a cumplir con la ley sin poner en riesgo tu libertad.




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