Los impuestos que pagamos en México: cuáles siguen, cuáles murieron y qué pagan realmente
- MONICA RAYA
- 4 nov
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En México convivimos con una amplia gama de impuestos. Algunos se aplican al ganar dinero, otros al gastarlo, poseer bienes o consumir productos específicos. Pero no todos los que circulan en redes sociales siguen vigentes; varios desaparecieron hace años y otros han cambiado de nombre o de objetivo.
IVA — Impuesto al Valor Agregado
El IVA es el más visible. Se cobra cada vez que compras un bien o servicio. Su naturaleza es indirecta: quien vende lo recauda y lo entera al SAT, pero en realidad lo paga el consumidor final. Entró en vigor el 1 de enero de 1980, sustituyendo al viejo Impuesto sobre Ingresos Mercantiles. La tasa general es de 16% en todo el país, aunque hay zonas fronterizas con tasa reducida. Su fundamento está en la Ley del IVA publicada en el Diario Oficial de la Federación el 29 de diciembre de 1978. Sigue plenamente vigente y representa una de las principales fuentes de ingresos federales.
ISR — Impuesto sobre la Renta
Este impuesto grava las ganancias, no el consumo. Lo pagan tanto personas físicas como morales sobre los ingresos que obtienen en un ejercicio fiscal. Es decir, el ISR mide la capacidad económica real del contribuyente. Aunque sus raíces se remontan a 1921, su estructura moderna proviene de la Ley del ISR de 1982, reformada continuamente hasta la fecha. Su última gran reforma fue publicada en noviembre de 2023. Es un impuesto progresivo, lo que significa que quien gana más paga más. Está plenamente vigente y constituye la columna vertebral de la recaudación mexicana.
IEPS — Impuesto Especial sobre Producción y Servicios
El IEPS funciona como un “impuesto correctivo”. Su propósito no es solo recaudar, sino desalentar el consumo de productos considerados nocivos o de lujo: alcohol, tabaco, combustibles, bebidas azucaradas, y recientemente, plataformas digitales de apuestas. Nació en 1980 y sigue vigente. En el paquete económico 2026 se contempla su ampliación a videojuegos digitales, una medida que ha generado debate. Su fundamento se encuentra en la Ley del IEPS publicada el 30 de diciembre de 1980.

IDE — Impuesto a los Depósitos en Efectivo
El IDE nació en 2008 para combatir la informalidad, gravando los depósitos en efectivo mayores a quince mil pesos mensuales. En la práctica generó confusión y afectó a contribuyentes cumplidos, por lo que fue derogado en 2014. Hoy en día no existe, aunque de vez en cuando resurgen rumores falsos sobre su regreso.
ISN — Impuesto sobre Nóminas
A diferencia de los anteriores, este impuesto no es federal sino estatal. Lo pagan los empleadores por el hecho de tener personal a su cargo. Cada entidad fija su propia tasa, que suele oscilar entre el 2% y el 3%. Aunque en redes se menciona como “impuesto por pagar dinero”, en realidad grava la relación laboral, no el simple acto de transferir fondos. Está vigente en todos los estados y constituye una fuente clave de financiamiento local.
ISAI — Impuesto sobre Adquisición de Inmuebles
Este impuesto se paga cuando compras una casa, departamento o terreno. También es estatal y su tasa depende de la legislación local. Se aplica sobre el valor de la operación o el valor catastral, el que sea mayor. Está vigente en toda la República y debe pagarse ante el notario al formalizar la compra.
Predial
El impuesto predial es municipal y recae sobre la propiedad o posesión de inmuebles. No se paga al comprar, sino por tener una casa, local o terreno. Su base es el valor catastral del bien, y se liquida anualmente. Está vigente desde hace más de medio siglo y es una de las principales fuentes de ingresos de los municipios.
ISAN — Impuesto sobre Automóviles Nuevos
El ISAN grava la compra de automóviles nuevos, nacionales o importados, en el momento de la venta. Nació en 1981 y se mantiene vigente, regulado por la Ley Federal del ISAN. La tasa depende del precio del vehículo y se paga al momento de facturarlo.
Tenencia
El impuesto más polémico. Originalmente se creó en 1962 como una medida temporal para financiar los Juegos Olímpicos de 1968, pero se volvió permanente durante décadas. A nivel federal fue derogado en 2012, aunque muchos estados lo mantuvieron como impuesto local. Hoy sigue existiendo en varias entidades, como Ciudad de México, Estado de México y Querétaro, bajo distintos esquemas y con exenciones según el valor del vehículo.
En resumen
De todos los impuestos mencionados, solo el IDE ya no está vigente. Los demás siguen existiendo, aunque con diferencias en nivel de gobierno y propósito. Algunos —como el IVA, ISR y IEPS— son federales y recaudan miles de millones de pesos; otros —como el ISN, ISAI, Predial y Tenencia— son estatales o municipales y sostienen las finanzas locales.
La moraleja es simple: no hay que temerle al sistema fiscal, sino entenderlo. Cada impuesto cuenta una historia: la del gasto, la del ingreso, la de la propiedad o la del consumo. Conocerlos no solo ayuda a cumplir la ley, sino a planear mejor nuestras decisiones financieras. Porque en México, como decía Franklin, solo hay dos cosas seguras: la muerte y los impuestos.




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